La pila de combustible de hidrógeno aplicada al ciclismo está todavía en una etapa muy prematura, e incierta, si nos da por comparar las bicicletas a hidrógeno con las ya evolucionadas bicicletas eléctricas, cuyo precio medio sigue descendiendo año a año.
Aún así, cada vez son más las iniciativas que tratan de convencernos de las bondades de esta tecnología. El último ejemplo nos llega desde la ciudad francesa de Burdeos, donde han planificado un servicio de bicicleta con pila de combustible de hidrógeno compartida.
https://fuelcellsworks.com/news/city-of-bordeaux-embarks-on-project-to-use-hydrogen-fuel-cell-bikes/
Para ello van a contar con quizá el fabricante vasco que más ha progresado en esa área: Pragma Industries con su Alpha Bike. El fabricante destaca sobre todo sus 100 kilómetros de autonomía y los cinco minutos que tarda en repostar y por tanto en recuperar esa autonomía.
Este año producirán unas 100 unidades de su bicicleta, e intentan multiplicar por diez esa producción de cara a 2017. El modelo sale al mercado a un precio de 2.300 euros, al inicio de la gama alta de las bicicletas eléctricas. En Burdeos esa flota de bicicletas compartidas que tendrá el servicio se nutrirá de hidrógeno gracias a un punto de repostaje que se instalará, para todo tipo de vehículos, en Newton Begles, muy cerca de la principal estación de la ciudad.
Una interesante iniciativa de la que deberíamos tomar nota, porque precisamente el 4 de noviembre entra en vigor el Tratado de París y el Consejo del Gobierno del día 2 de noviembre se ha adherido a la “Declaración Vasca”, hoja de ruta para ciudades y pueblos sostenibles, apoyada en la Conferencia Habitat III de Quito que ratifica el citado Acuerdo de París.
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